Pedro

A menudo se agrupan la banca, los seguros y los reaseguros bajo la denominación común de «sector financiero». Sin embargo, he preferido presentar cada uno de estos sectores por separado, ya que considero que son lo suficientemente distintos como para tratarlos de forma individual. Es cierto que algunos bancos poseen compañías de seguros, por lo que ciertas empresas podrían encajar en ambas categorías. Aun así, he optado por clasificar las empresas financieras en dos grupos diferenciados: banca, por un lado, y seguros y reaseguros, por otro.

El sector bancario agrupa a las entidades que se dedican a gestionar el dinero y ofrecer servicios relacionados con el crédito, el ahorro y la inversión. Los bancos prestan dinero, gestionan cuentas corrientes y de ahorro, conceden hipotecas, emiten tarjetas de crédito y comercializan productos financieros. Actúan como intermediarios entre quienes tienen capital disponible y quienes lo necesitan, canalizando los recursos hacia actividades productivas y facilitando tanto el consumo como la inversión.

Se trata de un sector esencial para el funcionamiento de la economía, pero también complejo y altamente regulado. La rentabilidad de los bancos depende de factores como los tipos de interés, el nivel de endeudamiento de familias y empresas, la estabilidad económica y la confianza de los depositantes. Es un sector típicamente cíclico: tiende a comportarse bien en fases de crecimiento económico, pero puede verse gravemente afectado durante crisis o periodos de incertidumbre.

Una de las principales fuentes de beneficio de los bancos es el margen de intermediación: la diferencia entre lo que pagan por captar dinero (a través de depósitos o financiación mayorista) y lo que cobran por prestarlo (mediante créditos, hipotecas o préstamos al consumo). Cuando ese margen se estrecha —por ejemplo, en entornos de tipos de interés bajos—, su rentabilidad se reduce. Además, el sector está expuesto al riesgo de morosidad (impago de préstamos), a tensiones de liquidez, a cambios normativos y a errores en la gestión del riesgo crediticio.

Desde el punto de vista del inversor, el sector bancario suele ser una opción atractiva para quienes buscan rentabilidad por dividendo y cierta estabilidad. En general, los bancos cotizan con PER (precio/beneficio) bajos o moderados, habitualmente entre 6 y 10, lo que refleja tanto su naturaleza cíclica como las limitaciones de crecimiento del sector. No se espera de ellos una expansión acelerada como en sectores tecnológicos, pero sí una generación constante de beneficios, especialmente en fases maduras del ciclo económico.

Muchos bancos reparten dividendos generosos, con rentabilidades que a menudo superan el 5 % anual. Esto los convierte en una opción interesante para estrategias centradas en ingresos recurrentes, como las carteras orientadas al dividendo. No obstante, estos pagos pueden reducirse o suspenderse en momentos de crisis o por exigencia de los reguladores, como ocurrió tras la crisis financiera de 2008 o durante la pandemia de 2020.

El inversor debe considerar también los desafíos estructurales del sector. La transformación digital, la competencia de nuevos actores (fintech, neobancos) y la necesidad de modernizar estructuras heredadas obligan a los bancos tradicionales a realizar fuertes inversiones en tecnología y a adaptar sus modelos de negocio. En resumen, el sector bancario no es un motor de crecimiento acelerado, pero sí una fuente potencial de flujo de caja y rentabilidad estable, especialmente atractiva para quienes buscan ingresos regulares y cierta resistencia en entornos inflacionarios.

A continuación incluyo algunos bancos que he tenido, tengo o consideraría incluir en mi cartera. Se trata de una selección personal sin ningún ánimo de exhaustividad.

Bankinter

Aunque más pequeño que los grandes bancos del Ibex 35, Bankinter es reconocido de forma recurrente como una de las entidades mejor gestionadas de España. Su reputación se basa en una política prudente de concesión de crédito, un control riguroso del riesgo, una estructura operativa eficiente y una alta rentabilidad sobre recursos propios (ROE), incluso en entornos económicos difíciles. Además, mantiene unos niveles de morosidad inferiores a la media del sector y una sólida posición de capital.

Desde el punto de vista del inversor, Bankinter resulta atractivo por su capacidad de generar beneficios de forma consistente y por su resiliencia frente a las crisis. Su modelo de negocio está enfocado en una clientela de perfil medio-alto, tanto en banca personal como en banca privada y de empresas, lo que le permite mantener márgenes estables y menor exposición a impagos masivos en tiempos de inestabilidad. Esa orientación le ha permitido navegar con mayor solidez por los ciclos económicos sin necesidad de asumir riesgos excesivos. Además, a diferencia de muchas otras entidades que reparten dividendo una vez al año, Bankinter distribuye dividendos de forma periódica a lo largo del ejercicio, lo que puede resultar especialmente interesante para quienes buscan ingresos recurrentes.

BBVA y Santander

Banco Santander y BBVA son los dos grandes bancos internacionales de referencia en España, y ambos forman parte del Ibex 35. Comparten muchas características: tienen presencia global, con operaciones relevantes en América Latina, Europa y, en menor medida, Estados Unidos; su modelo de negocio abarca la banca minorista, comercial, corporativa y de inversión; y su comportamiento bursátil está fuertemente vinculado al ciclo económico, ya que son entidades altamente sensibles a los tipos de interés y a la evolución macroeconómica general.

Desde el punto de vista del inversor, tanto Santander como BBVA son percibidos como opciones atractivas para estrategias orientadas a rentabilidad por dividendo. Suelen cotizar con PER bajos o moderados, y reparten dividendos de forma periódica, lo que los convierte en componentes frecuentes de carteras de ingresos estables. Aunque sus perfiles generales son similares, existen diferencias significativas en su estructura geográfica, nivel de diversificación, exposición al riesgo y enfoque estratégico, que se recogen en la siguiente tabla comparativa.

Aspecto Santander BBVA
Tamaño Uno de los mayores bancos de Europa Comparable en tamaño, aunque algo menor
Exposición geográfica Muy diversificada (Europa, Latinoamérica, EE. UU.) Centrada en España, México y Turquía
Presencia en EE. UU. Significativa, especialmente en banca de consumo Muy limitada (salida del mercado en 2021)
Riesgo país Repartido entre distintas regiones Más expuesto a mercados emergentes volátiles
Perfil de crecimiento Más estable y conservador Enfocado en alto crecimiento con mayor riesgo
Rentabilidad por dividendo Alta, con pagos periódicos Alta, también con pagos frecuentes
PER habitual Moderado-bajo (6–9) Moderado-bajo (6–9)

BNP Paribas

BNP Paribas es uno de los mayores grupos bancarios de Europa y una de las entidades financieras más sólidas y diversificadas del continente. Con sede en Francia y presencia en más de 70 países, desarrolla una amplia gama de actividades: banca minorista, banca corporativa e institucional, gestión de activos, seguros, financiación especializada y servicios de inversión. Su diversificación geográfica y operativa le permite equilibrar riesgos y aprovechar oportunidades en distintos contextos económicos, tanto en Europa como en mercados internacionales.

Desde el punto de vista del inversor, BNP Paribas destaca por su tamaño, estabilidad y capacidad de generación de beneficios. Es una entidad bien capitalizada, con márgenes razonables y una política de dividendo consistente. Suele cotizar con un PER (precio/beneficio) moderado, habitualmente entre 7 y 10, lo que refleja tanto su perfil prudente como las oportunidades que puede ofrecer a largo plazo. Aunque no se trata de una acción de crecimiento acelerado, sí es una opción interesante para estrategias de inversión orientadas a la estabilidad y a la obtención de rentas periódicas.

Una ventaja adicional para los inversores particulares es la posibilidad de mantener acciones nominativas de BNP Paribas a través de la plataforma francesa Uptevia (antiguamente conocida como BNP Paribas Securities Services). Esta opción es especialmente interesante para quienes invierten a largo plazo, ya que permite identificarse como residente fiscal en España y beneficiarse automáticamente de una retención reducida del 12,8 % sobre los dividendos, en lugar del 25 % habitual. De este modo se evita el engorroso proceso de reclamación del exceso de retención, lo que simplifica considerablemente la fiscalidad para el accionista.

La principal desventaja de invertir en acciones de BNP Paribas es la denominada Tasa Tobin vigente en Francia, que aplica un impuesto del 0,3 % sobre el importe de cada compra de acciones. Esta tasa solo se paga al comprar, no al vender. Para poner en contexto su impacto real, basta considerar que la rentabilidad por dividendo de BNP Paribas en 2024 fue del 6 %. Esto significa que la Tasa Tobin equivale, aproximadamente, a que el Estado francés se quedará con algo más del 3 % del primer dividendo que reciba el inversor. A partir de ahí, si se mantiene la acción en cartera, el coste queda diluido.

Deutsche Bank

Deutsche Bank es la mayor entidad financiera de Alemania y uno de los bancos más conocidos a nivel internacional. Con sede en Fráncfort y presencia en más de 50 países, desarrolla actividades en banca corporativa y de inversión, financiación internacional, gestión de activos y banca minorista, principalmente en el mercado alemán. Aunque durante años centró su estrategia en la banca de inversión, en los últimos tiempos ha realizado una reestructuración profunda para reforzar su estabilidad, reducir riesgos y mejorar su rentabilidad, especialmente tras las dificultades que enfrentó en la última década.

Desde el punto de vista del inversor, Deutsche Bank es una opción interesante dentro del sector bancario europeo por su potencial de mejora tras una larga etapa de ajustes. En los últimos años ha avanzado en el control de costes, la digitalización y la recuperación de beneficios sostenibles. No obstante, su perfil sigue siendo más volátil que el de otros grandes bancos europeos, debido a su exposición histórica al negocio de inversión y a los desafíos de su proceso de transformación. Suele cotizar con un PER bajo, habitualmente entre 5 y 8, lo que refleja tanto su potencial de revalorización como el mayor nivel de incertidumbre que perciben los inversores. Para quienes acepten un mayor riesgo a cambio de una posible recuperación estructural, puede representar una oportunidad atractiva a medio o largo plazo.

La principal desventaja de invertir en Deutsche Bank es la necesidad de solicitar la devolución del exceso de retención fiscal a la Hacienda alemana, debido a la doble imposición sobre los dividendos. Aunque el proceso se ha simplificado en los últimos años y ya puede realizarse por internet, sigue siendo un trámite que requiere tiempo y cierta dedicación. Encontrará más detalles al respecto en la sección sobre doble imposición de esta web.

ING Group

ING Groep es uno de los principales grupos bancarios de Europa y una de las entidades financieras más innovadoras del continente. Con sede en Ámsterdam, opera en más de 40 países, combinando una sólida posición en banca minorista en Europa con una presencia significativa en banca mayorista a nivel internacional. Su modelo de negocio destaca por la apuesta temprana por la digitalización, lo que le ha permitido ofrecer servicios eficientes, escalables y con una base de costes reducida. Además de su actividad en los Países Bajos, cuenta con posiciones relevantes en Bélgica, Alemania y otros mercados europeos, así como presencia puntual en Asia y América.

Entre sus principales fortalezas se encuentran la simplicidad de su estructura, el enfoque en clientes particulares y pequeñas empresas, y su capacidad para adaptarse a entornos tecnológicos cambiantes. ING ha ganado cuota de mercado en banca digital gracias a una propuesta clara y una experiencia de usuario bien valorada. Entre sus debilidades, cabe señalar cierta exposición a economías maduras con bajo crecimiento y la presión competitiva en el ámbito de los servicios financieros digitales, donde los márgenes tienden a ser ajustados.

Desde el punto de vista del inversor, ING es una opción interesante dentro del panorama bancario europeo por su política de dividendos consistente y su rentabilidad moderada pero estable. En los últimos ejercicios ha ofrecido una rentabilidad por dividendo atractiva, y su cotización suele presentar valoraciones razonables en términos de PER (precio/beneficio). Al cotizar en los Países Bajos, la inversión en ING no implica riesgo de divisa para los inversores de la eurozona. Además, los dividendos están sujetos a una retención fiscal del 15 %, que se ajusta al convenio de doble imposición entre España y los Países Bajos. Esto significa que el inversor español no necesita realizar trámites adicionales para recuperar el exceso de retención, ya que ese 15 % puede ser íntegramente compensado en su declaración del IRPF en España.

Dos hombres firman documentos en una mesa junto a una cesta llena de fajos de billetes
La banca. Imagen creada con Flux.