Pedro

El sector del lujo agrupa a empresas que venden productos de alta gama en moda, relojería, cosmética, perfumería, marroquinería, vinos y otros bienes suntuarios. Las marcas de lujo se benefician de márgenes elevados, una clientela internacional menos sensible al precio, y una imagen basada en exclusividad y prestigio.

Desde el punto de vista del inversor, el sector ha ofrecido un crecimiento impresionante durante la última década, impulsado por el aumento de la riqueza en mercados emergentes, especialmente en Asia. Sin embargo, algunos analistas consideran que el sector ha entrado en una fase de sobrevaloración, con valoraciones muy exigentes que podrían anticipar una corrección.

De hecho, la reciente caída del precio de LVMH —líder indiscutible del sector— ha hecho pensar a muchos que el mercado del lujo estaba en una burbuja. Tras años de subidas constantes, LVMH sufrió una corrección notable, lo que ha puesto en duda el supuesto carácter «imparable» del sector. Esta corrección puede reflejar un enfriamiento de la demanda en China, una saturación en ciertos segmentos o simplemente una toma de beneficios tras años de revalorización. Aun así, muchas de estas empresas siguen teniendo posiciones sólidas, balances robustos y una fuerte capacidad de generación de caja.

Conviene también distinguir casos como el de L’Oréal, una empresa frecuentemente incluida en el sector del lujo, aunque en realidad sólo una parte de su negocio lo es. L’Oréal es una multinacional francesa líder en productos cosméticos, que opera en varios segmentos: desde marcas de gran consumo como L’Oréal Paris, Garnier o Maybelline, hasta gamas premium como Lancôme, Kérastase o Yves Saint Laurent Beauté. Aunque su división de lujo tiene un peso importante, su negocio es mucho más diversificado y abarca desde supermercados hasta farmacias y salones de belleza profesionales.

Desde el punto de vista inversor, L’Oréal puede considerarse un valor más defensivo que otras firmas puramente de lujo. Sus productos forman parte del consumo cotidiano de millones de personas, y su diversificación geográfica y de canales de venta le da estabilidad frente a cambios bruscos en la demanda. Además, es una empresa que combina crecimiento con una política constante de reparto de dividendos.

En definitiva, mientras que muchas empresas del lujo son más sensibles a la coyuntura económica global y a los cambios en los hábitos de consumo de las élites, L’Oréal representa un perfil más equilibrado y resistente dentro del mismo universo de consumo.

Hermès

Hermès es la máxima expresión del lujo contemporáneo: una marca que no sólo vende exclusividad, sino que se ha convertido en un símbolo de estatus y sofisticación global. Fundada en París en 1837 como taller de arneses y sillas de montar, «la maison» ha evolucionado hasta convertirse en una de las compañías de lujo más valiosas del mundo, manteniendo su esencia artesanal y su herencia ecuestre. Su modelo de negocio se basa en la producción limitada, la atención obsesiva al detalle y una clientela dispuesta a pagar precios extraordinarios por productos únicos. Unas sandalias Oran pueden costar entre 900 y 1.500 dólares, una camisa más de 1.000 euros, unos zapatos más de 2.000, y una silla de montar puede alcanzar los 15.000 euros. Pero si hay un producto que simboliza esta exclusividad, es el bolso Birkin: codiciado en todo el mundo, su precio puede oscilar entre 8.000 y más de 100.000 euros dependiendo del modelo y los materiales, y en muchos casos se compra también como inversión por su revalorización en el mercado secundario.

Aunque pueda parecer un nicho reservado a unos pocos, Hermès es una empresa gigantesca. En mayo de 2025, su capitalización bursátil alcanzó los 264.720 millones de euros, alrededor de un tercio de la capitalización total del IBEX 35. De hecho, Hermès ha llegado a superar a LVMH como la compañía de lujo más valiosa del mundo, algo impensable hace apenas unos años.

Desde el punto de vista bursátil, Hermès es considerada una «acción de lujo» en sí misma. Cotiza con un PER cercano a 60, una valoración extremadamente exigente que descuenta crecimientos sostenidos e intensos de los beneficios durante muchos años. Este nivel de expectativas implica que cualquier duda sobre la evolución futura del negocio puede traducirse en caídas significativas de la cotización, como ya ha ocurrido con otras firmas del sector como LVMH. Algunos analistas incluso consideran que Hermès cotiza dentro de su propia burbuja.

En resumen, Hermès representa la cúspide del lujo global: una marca icónica con una estrategia de negocio coherente, márgenes extraordinarios y una fidelidad del cliente prácticamente inquebrantable. Sin embargo, su elevado precio en bolsa exige una vigilancia constante por parte del inversor y una comprensión precisa de los riesgos asociados al sector del lujo.

Desde el punto de vista del inversor europeo, Mermès presenta una particularidad interesante: es posible registrar las acciones a nombre del titular (acciones nominativas) a través del intermediario francés Uptevia. Al hacerlo, los dividendos están sujetos a una retención reducida del 12,8 % en origen, lo que evita tener que reclamar la devolución de la doble imposición internacional a la Hacienda francesa, un proceso que puede resultar largo y complejo si se poseen las acciones en forma «al portador».

LVMH

LVMH son las siglas de «Louis Vuitton Moët Hennessy», un conglomerado francés de lujo fundado oficialmente en 1987 tras la fusión de estas tres marcas históricas, aunque sus raíces se remontan a 1854 con la fundación de Louis Vuitton en París. A lo largo de las últimas décadas, el grupo ha crecido de forma sostenida mediante la adquisición de algunas de las marcas más prestigiosas del mundo, convirtiéndose en el líder absoluto del sector del lujo a nivel global.

La imagen de LVMH combina tradición, artesanía, innovación y exclusividad. Su cartera está compuesta por más de 75 marcas («maisons») que abarcan múltiples sectores: moda y marroquinería (Louis Vuitton, Dior, Fendi, Loewe), relojería y joyería (TAG Heuer, Hublot, Bulgari), vinos y espirituosos (Moët & Chandon, Dom Pérignon, Hennessy), perfumes y cosmética (Guerlain, Givenchy, Benefit), así como distribución selectiva (Sephora, Le Bon Marché). Esta diversificación le ha permitido mantener un posicionamiento privilegiado frente a diferentes ciclos económicos.

Durante años, LVMH ha sido una de las empresas más admiradas y mejor valoradas de Europa, con una cotización que llegó a alcanzar los 800 euros por acción. Sin embargo, a pesar de seguir presentando cifras excelentes, los últimos resultados de ventas —muy buenos, pero no tan extraordinarios como requería su elevada valoración— han provocado una corrección importante. En 2024-2025, el precio de la acción descendió hasta poco más de 500 euros, situando el PER (precio/beneficio) en torno a 22, un nivel más razonable pero aún superior al de muchos otros sectores.

En resumen, LVMH es un gigante mundial del lujo con una historia centenaria, una imagen de marca inigualable y un modelo de negocio que ha demostrado su solidez y capacidad de adaptación. A pesar de su reciente corrección bursátil, sigue siendo una empresa clave para cualquier inversor interesado en el sector del lujo, con una base diversificada y una posición de liderazgo difícilmente cuestionable.

Desde el punto de vista del inversor europeo, LVMH presenta una particularidad interesante: es posible registrar las acciones a nombre del titular (acciones nominativas) a través del intermediario francés Uptevia. Al hacerlo, los dividendos están sujetos a una retención reducida del 12,8 % en origen, lo que evita tener que reclamar la devolución de la doble imposición internacional a la Hacienda francesa, un proceso que puede resultar largo y complejo si se poseen las acciones en forma «al portador».

L'Oréal

L’Oréal es una de las mayores compañías cosméticas del mundo y, aunque a menudo se la clasifica dentro del sector del lujo, sólo una parte de su negocio corresponde realmente a ese segmento. Fundada en Francia en 1909, la empresa ha crecido hasta convertirse en un referente global en productos de belleza, con una cartera extremadamente diversificada que abarca desde el gran consumo hasta las marcas de alta gama.

Su actividad se divide en varios segmentos: el de gran público (con marcas como L’Oréal Paris, Garnier o Maybelline), el profesional (productos para peluquerías y salones de belleza), el de cosmética activa (como La Roche-Posay o Vichy, vendidos en farmacias) y el de lujo, con enseñas como Lancôme, Yves Saint Laurent Beauté, Kérastase o Helena Rubinstein. Esta combinación le permite llegar tanto a consumidores cotidianos como a clientes de alto poder adquisitivo.

A diferencia de otras compañías de lujo que se centran exclusivamente en boutiques y grandes almacenes selectos, los productos de L’Oréal están presentes en millones de hogares y pueden encontrarse fácilmente en supermercados, farmacias y plataformas online. Esta cercanía al consumidor le otorga una dimensión más universal y accesible, lo que contribuye a su perfil de empresa sólida y resiliente.

Desde el punto de vista del inversor, L’Oréal suele considerarse un valor defensivo dentro del universo del consumo. Su fuerte diversificación geográfica y de canales de venta, así como la naturaleza recurrente de muchos de sus productos, le otorgan una gran estabilidad frente a las crisis económicas y a los cambios en el comportamiento del consumidor. Además, mantiene una política de dividendos estable y creciente, lo que la convierte en una opción atractiva a largo plazo.

Al igual que ocurre con otras grandes empresas francesas, es posible mantener acciones de L’Oréal en forma nominativa a través del intermediario Uptevia. Esta modalidad permite beneficiarse de una retención reducida del 12,8 % sobre los dividendos, evitando el procedimiento posterior de reclamación de la doble imposición en Francia.

En cuanto a su valoración bursátil, L’Oréal cotiza con un PER exigente, superior a 30, reflejo de su posicionamiento privilegiado y de las altas expectativas de crecimiento sostenido. No obstante, en el pasado ha llegado a cotizar con múltiplos aún más elevados.

L’Oréal es una empresa única en su clase: combina la escala y alcance de una multinacional con una notable exposición al segmento premium, ofreciendo al inversor una forma equilibrada de participar en el universo del consumo y de la belleza global.

galería de tiendas de super lujo en Londres
El lujo. Imagen creada con Flux.